sábado, 28 de abril de 2007

TERAPIA DE RESPUESTA ESPIRITUAL

La limpieza espiritual que tu necesitas, a traves de tu Yo Superior. Consultas y limpiezas

sábado, 21 de abril de 2007

VIVE EN "COMPARTIMIENTOS ESTANCOS AL DIA"

VIVE EN
“COMPARTIMIENTOS ESTANCOS AL DIA”


Alguna vez un señor leyó las veintidós palabras que le ayudaron a vivir libre de preocupaciones: “ Lo principal para nosotros no es ver lo que se haya vagamente lejos, sino lo que está claramente a la mano.”

¿Cuál era entonces, el secreto de su triunfo? Manifestó que este era debido a lo que llamó vivir en “compartimientos estancos al día”. ¿Qué quería decir con esto? Pocos meses antes de hablar en otra ciudad, este señor, había cruzado el Atlántico en un gran paquebote donde el capitán de pie en el puente, podía apretar un botón y, zas, se producía un estrépito de maquinaria y varias partes del barco quedaban aisladas entre ellas, aisladas en compartimientos estancos. Y les dijo a los estudiantes: “ Ahora bien cada uno de ustedes es una organización mucho mas maravillosa que el gran paquebote, y efectúa un viaje mas largo. Lo que les pido es que aprendan a manejar la maquinaria que les permita vivir en compartimientos estancos al día, como el mejor modo de garantizar la seguridad del viaje. Suban al puente y comprueben si por lo menos los grandes mamparos funcionan bien. Aprieten el botón y escuchen, en todos los niveles de sus vidas, las puertas de hierro que cierran el Pasado, los ayeres muertos. Aprieten otro botón y cierren, con una cortina metálica, el Futuro, los mañanas que no han nacido. Así quedarán seguros, seguros por hoy... ¡Cierren el pasado! Dejen que el pasado entierre a sus muertos. Cierren los ayeres que han apresurado la marcha de los necios hacia un triste fin... Llevar hoy la carga de mañana unida a la de ayer hace vacilar al más vigoroso. Cerremos el futuro tan apretadamente como el pasado... El futuro es hoy... No hay mañana. El día de la salvación del hombre es aquí, ahora. El despilfarro de energías, la angustia mental y los desarreglos nerviosos estorban los pasados del hombre que siente ansiedad por el futuro...Cierren pues apretadamente los mamparos a proa y a popa y dispónganse a cultivar el hábito de una vida en compartimientos estancos al día”.

¿Quiso decir acaso este señor que no debemos hacer esfuerzo alguno para preparar el futuro? No. En absoluto. Pero continuó diciendo en ese discurso que el mejor modo de preparase para el mañana es concentrarse, con toda la inteligencia, todo el entusiasmo, en hacer soberbiamente hoy el trabajo de hoy. Es este el único modo en que uno puede preparase para el futuro.
Te invito a comenzar el día con la oración de Cristo: “Danos hoy el pan nuestro de cada día”.

Recordemos que esta oración pide el pan solamente para hoy. No se queja del pan rancio que comimos ayer y no dice tampoco: ¡Oh, Dios mío! Ha llovido muy poco últimamente en la zona triguera y podemos tener otra sequía. Si es así, ¿cómo podré obtener mi pan el próximo otoño? O supongamos que pierdo mi colocación... ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo podré conseguir entonces mi pan cotidiano?”
No, esta oración nos enseña a pedir solamente el pan de hoy. El pan de hoy es el único pan que se puede comer.






Hace años un filosofo sin un centavo deambulaba por un país pedregoso donde las gentes se ganaban la vida de modo muy duro. Un día se congregó una multitud a su alrededor en una altura. Y el filosofo pronunció lo que constituye probablemente el discurso mas citado de todos los tiempos: “No os cuidéis del mañana, porque el mañana cuidara de sus propias cosas. Cada día trae su afán.”

Muchos han rechazado estas palabras de Jesús: “No os cuidéis del mañana”. Han rechazado estas palabras como un consejo de perfección, como cosa de misticismo oriental. Y dicen: “Tengo que cuidarme del mañana. Tengo que asegurarme para proteger a mi familia. Tengo que ahorrar dinero para mi vejez. Tengo que establecer planes y prepárame para salir adelante.”

¡Claro que sí! Ello es indudable. Lo que pasa es que esas palabras de Jesús, traducidas hace mas de trescientos años, no significan hoy lo que significaban durante el reinado del Rey Jacobo. Hace trescientos años la palabra thought (“cuidado”) significaba frecuentemente ansiedad. Las modernas versiones de la Biblia citan a Jesús con más exactitud al decir: “No tengáis ansiedad por el mañana.”

Hay que cuidar el mañana por todos los medios, meditando, proyectando y preparándose. Pero sin ansiedades.

Tu y yo estamos en este instante en el lugar en que se encuentran dos eternidades: el vasto pasado que ya no volverá y el futuro que avanza hasta la ultima sílaba del tiempo. No nos es posible vivir en ninguna de estas dos eternidades, ni siquiera durante una fracción de segundo. Pero, por intentar hacerlo, podemos quebrantar nuestros cuerpos y nuestros espíritus. Por tanto, contentémonos con vivir el único tiempo que nos está permitido vivir: desde ahora y hasta la hora de acostarnos. “Todo el mundo puede soportar su carga, por pesada que sea, hasta la noche. Todo el mundo puede realizar su trabajo, por duro que sea, durante un día. Todos pueden vivir suavemente, pacientemente, de modo amable y puro, hasta que el sol se ponga. Y eso es todo lo que la vida realmente significa”.

Una de las cosas más trágicas acerca de la naturaleza humana que yo conozca es la tendencia de todos nosotros a escapar de la vida. Todos soñamos con un mágico jardín de rosas que vemos en horizonte, en lugar de disfrutar de las rosas que florecen al pie de nuestras ventanas.
Cabe preguntarse: ¿Por qué somos tan necios, tan trágicamente necios?
Alguien escribió: “Que extraña es nuestra breve procesión por la vida” El niño dice: Cuando sea un chico grande. Pero ¿qué es eso? El chico grande dice: Cuando sea mayor. Y el mayor: Cuando me case. Pero ¿qué es ser casado, en fin de cuentas? El pensamiento cambia a: Cuando pueda retirarme. Y después, cuando llega el retiro, se vuelve la vista hacia el paisaje atravesado; parece correr por él un viento frío. Hay algo que no se ha logrado y que desaparece. La vida, según lo aprendemos demasiado tarde, está en vivir, en el tejido de cada día y cada hora.

En este sentido te invito a colocar en tu mesa, algo tan simple como, una piedra en la que esta grabada la palabra: HOY. Y, al levantarte todas las mañanas y leas: Cierres las puertas de hierro al pasado y al futuro. Vive la vida en compartimientos estancos al día.









Ten este poema a la vista todas las mañanas:




SALUTACION AL ALBA

¡Mira este día!
Porque es la vida, la mismísima vida de la vida.
En su breve curso
están todas las verdades y realidades de tu existencia:
la bendición del desarrollo,
la gloria de la acción,
el esplendor de las realizaciones...
Porque el ayer es solo un sueño
y el mañana sólo una visión,
pero el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño
de felicidad
y de cada mañana una visión de esperanza.
¡Mira bien, pues, a este día!
Tal es la salutación del alba.




Recopilado por: Lic. Eduardo Rivas

viernes, 20 de abril de 2007

NAMASKAR

Namaskar, es una palabra indostaní que puede traducirse como "Yo saludo a la Conciencia Suprema que está dentro de ti con toda la pureza de mi mente y con toda la sinceridad y el amor de mi corazón". También puede traducirse simplemente como "Saludo a la divinidad que hay en ti". Idealmente, al saludar con esta palabra, las manos se juntan, se inclina la cabeza, las manos juntas se dirigen a la altura de la frente (centro de la conciencia) y bajan hasta la altura del corazón. Desde el punto de vista espiritual, este saludo tiene un poder mágico de evocación de nuestra divinidad esencial. Si lo usamos constantemente y conscientes de su significado espiritual, puede ayudar recíprocamente a recordar que tratamos a cada uno como almas y no como personalidades. Resuena con una nota de reverencia y conciencia espiritual en la que se inspira. Podemos usarlo para nuestro "yo superior"(*), especialmente al despertar, durante el día y al descansar; es en sí mismo un saludo de la personalidad a la divinidad. Cada vez que nos encontremos con amigos a quienes consideramos con valores espirituales, en vez de decir "hola", podemos saludarles con la palabra "namaskar". En la correspondencia escrita también podemos finalizar con "namaskar". Como energía que sigue al pensamiento, nos ayuda a contactar al "yo superior" de nosotros mismos y al de los otros y, en cierta forma, a evocarlo. La pronunciación en indostaní está acentuada en la última sílaba (namasKAR). La "a" en las primeras dos sílabas es corta. Se pronuncia en hindú como la "a" de la palabra "paz". Mientras que la "a" en "kar" es larga y se pronuncia como la "a de unidad. Tantas veces como sea posible, "namaskar" debe decirse en voz alta, con el objeto de usar al máximo su poder evocador. Sin embargo, hay muchas ocasiones en que no es oportuno hacerlo así. Por ejemplo, cuando haya enojo, impaciencia, crítica por parte nuestra o de los demás; cuando hagamos nuevos conocidos, en el trabajo, con colegas, superiores o subordinados. En estas circunstancias podemos decirlo silenciosamente, como un constante recordatorio de la divinidad esencial. Practicado con fe y dinamismo, ayuda a construir la clase de actitud interna que se exterioriza en relaciones humanas armoniosas. Para padres y educadores, namaskar los pone en contacto con la realidad interna de niños y adolescentes, nutriendo nuestra comprensión interior. En muchos casos, cuando intentamos ayudar a un ser humano afligido o tratemos de solucionar tensiones interpersonales, namaskar puede servir como un saludo silencioso que nos sintoniza con la energía espiritual creativa que permanece aún tras el desequilibrio externo. Namaskar es también una vía apropiada para desarrollar y demostrar la capacidad de funcionar simultáneamente y con una creciente toma de conciencia en dos niveles: el de la personalidad y el de la individualidad.
Namaskar. (*) Empleamos el término "Yo superior" para distinguirlo del "ego" o "yo" de la personalidad. Se refiere aquí a la esencia divina del ser.

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Yo soy el centro de mi universo, el creador de mi vida y mis energias. Yo soy como JESUS y ttrabjo con el PADRE, para crear un mejor reflejo de la vida.